Envejecer es un proceso natural de la vida, pero, por desgracia, no siempre viene acompañado de una buena salud emocional. Sin embargo, mejorar el bienestar emocional en las personas mayores es posible y fundamental para su calidad de vida.
A continuación, explicaré, de manera breve y sencilla, qué podemos hacer, tanto desde el ámbito profesional como desde nuestras interacciones cotidianas, para ayudarles a sentirse mejor consigo mismos y con el mundo que les rodea.
El bienestar emocional no solo implica estar libre de trastornos psicológicos como la ansiedad o la depresión. Se trata de lograr un equilibrio interno, una sensación de satisfacción con la vida y la capacidad de afrontar los desafíos con resiliencia.
En las personas mayores, este bienestar puede verse afectado por diversos factores:
Estos factores no son inevitables. Con estrategias adecuadas, podemos fomentar su bienestar emocional y ayudarles a vivir esta etapa con plenitud.
1. Fomentar el contacto social
El aislamiento social es uno de los mayores enemigos del bienestar emocional en la vejez. A través de diferentes talleres para personas mayores, he comprobado que este aspecto es crucial. Crear oportunidades para que interactúen con otros puede marcar una gran diferencia. Desde reuniones familiares hasta actividades comunitarias como talleres o voluntariados, todo suma.
2. Promover un envejecimiento activo
El ejercicio físico regular mejora tanto la salud física como el estado de ánimo. Actividades como caminatas, yoga o baile grupal aumentan los niveles de serotonina y reducen los síntomas de ansiedad y depresión.
3. Ofrecer espacios para la expresión emocional
Hablar sobre sentimientos, recuerdos y preocupaciones es terapéutico. La terapia psicológica o simples conversaciones familiares ayudan a procesar emociones y fomentan la sensación de ser escuchados.
4. Estimular la mente
Mantenerse mentalmente activos fortalece las capacidades cognitivas y eleva el bienestar emocional. Actividades como leer, resolver crucigramas o aprender algo nuevo (idiomas, jardinería, cocina) proporcionan un sentido de logro y propósito.
5. Cultivar la gratitud y el optimismo
Practicar la gratitud puede transformar la percepción de la vida en cualquier etapa. Animar a las personas mayores a llevar un diario de gratitud o recordar momentos felices puede ser una herramienta poderosa.
6. El papel de la familia y la comunidad
No subestimemos el impacto de nuestras acciones cotidianas. Escuchar, abrazar o dedicar tiempo de calidad a nuestros mayores puede cambiar su perspectiva emocional.
Desde una visión más amplia, las instituciones también juegan un papel fundamental. Universidades, ayuntamientos y las ONG pueden implementar programas para fomentar el bienestar emocional en esta etapa de la vida.
A lo largo de mi carrera y en el ámbito académico del grado en Psicología, he observado cómo estos principios son fundamentales para intervenir en el bienestar de las personas mayores, ya sea en contextos profesionales o en nuestras propias familias.
Con todo ello, me gustaría recalcar que clave para un correcto bienestar emocional está en nuestras manos. Recordemos que todos seremos mayores algún día y las acciones que tomemos hoy pueden definir el futuro que deseamos para nosotros mismos.
C/Padre Julio Chevalier, nº 2. 47012
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