Durante casi tres meses la mayor parte de la población española ha vivido encerrada en casa como medida para frenar la crisis sanitaria provocada por el COVID-19. En ese tiempo de incertidumbre y confinamiento, muchos de nosotros hemos tomado conciencia de aquellas cosas que echamos de menos en el exterior de nuestros hogares, pero también de algunas de las limitaciones que tienen nuestras casas.
Como sociedad, con el paso de los años reivindicamos que nuestras viviendas sean más cómodas y sostenibles. Lo cierto es que cualquier vivienda proyectada hoy en día supera largamente los niveles de exigencia de los de cualquiera construida hace más de quince años.
Este es un periodo crucial en que nos volvemos a preguntar ¿cómo será la casa del futuro? Y lo cierto es que nadie lo sabe a ciencia cierta, pero es ahora cuando debemos proponer nuevas ideas, es ahora cuando los arquitectos técnicos se enfrentan a nuevos retos con la gran capacidad de adaptación que siempre los ha caracterizado debido a su sólida formación.
Nosotros percibimos nuestro hogar: saboreamos el bienestar, olemos el confort, tocamos lo cálido, oímos el silencio y vemos la luz cuando la vivienda satisface todo lo que le pedimos, por eso la llamamos “hogar”. Por lo tanto, antes de realizar nuevas propuestas, debemos preguntarnos qué le pedimos a nuestra casa.
La casa que ves
Después de tantos días atados a nuestra casa ya no nos vale que nuestra casa sea sólo el lugar de refugio al que volver después del trabajo, no nos vale con tener una ventana mínima hacia una calle estrecha y oscura. Queremos que esté bien orientada, con buena iluminación en invierno y protegida del soleamiento en verano, queremos que nos ofrezca mejores vistas de la ciudad. Y qué decir de la iluminación artificial, que sea más económica, más cálida, dispuesta de tal forma que junto con la correcta disposición y color del mobiliario nos ofrezcan diferentes funcionalidades y perspectivas ricas en la forma en que percibimos la casa.
La casa que oyes
Cuando estas en tú casa el mundo que la rodea es ruido, cuando disfrutas de una velada con amigos y familiares eres ruido para el mundo. Desde que se aprobó en 2009, el documento del Código Técnico de la Edificación que regula el aislamiento acústico para las nuevas viviendas hemos exigido más a nuestras viviendas condicionando todos los sistemas constructivos para protegernos del ruido aéreo, producido por voces y sonidos lanzados al aire, y del ruido a impacto que provocan los golpes o las pisadas. Y es que tanto el aislamiento acústico como el acondicionamiento acústico son fundamentales para disfrutar de la intimidad familiar.
La casa que respiras
La expresión “el ambiente está cargado” que habrás oído alguna vez se asocia a espacios interiores. La vivienda como interior también debe regular adecuadamente la calidad del aire que respiramos. El problema no es nuevo, nos ha acompañado desde que el fuego entró en nuestras construcciones y nos vimos obligados a extraer el humo mediante chimeneas, si bien esto ya no es un problema para nosotros sí lo es el dióxido de carbono que exhalamos, los compuestos volátiles que generan los materiales de construcción u otros gases de diversa procedencia. No es sólo ventilar regularmente, como ya habías pensado, es que al hacerlo se puede contradecir la búsqueda de soluciones térmicas y acústicas, provocando largos debates sobre la idoneidad de determinadas soluciones constructivas.
La casa que sientes
Sí, podemos hablar de tacto y vivienda. Tocas tu casa, en este aspecto, los materiales que la conforman pueden condicionar nuestro bienestar tanto como el espacio que los recoge. Las pisadas sobre diferentes tipos de materiales: madera, cerámico, goma, etc... se perciben distintas, el simple recuerdo de la temperatura de un material como el yeso o el metal, con diversos coeficientes de transmisión térmica, o su rugosidad, nos ofrecen sensaciones variadas que pueden influir en nuestra armonía con el espacio que habitamos. A nivel táctil, la superficie de los materiales puede influir incluso en nuestra seguridad, de ahí que analicemos mediante ensayos si un suelo es resbaladizo.
Cuando decidimos cuál será nuestra casa del futuro hay múltiples variables que podemos observar, todo forma parte de un conjunto, toda decisión lleva aparejada cambios en otros aspectos, de ahí que ningún adivino o pitonisa pueda saber exactamente cómo serán nuestros hogares en el futuro. Pero sí hay algo muy claro, ahí tendremos a los mejores técnicos de la arquitectura para aconsejarnos.
Gustavo Arcones y Santiago Bellido, son arquitectos y profesores de la Universidad Europea Miguel de Cervantes. Si deseas más información sobre nuestras titulaciones puedes ponerte en contacto con el Gabinete de Admisiones en este enlace o llamando al 983 00 1000.
C/Padre Julio Chevalier, nº 2. 47012
Valladolid (España)
Llamanos al (+34) 983 00 1000
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