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FISIOTERAPIA  | 4 MIN DE LECTURA

Así ayuda la fisioterapia a nuestro suelo pélvico

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Escrito por:
Maite Heredia Morejón
Ayudante del Laboratorio de Fisioterapia
Una mujer médico señala con un bolígrafo el suelo pélvico en un modelo anatómico a escala.

Seguro que en muchas ocasiones has oído hablar del famoso suelo pélvico, también conocido como diafragma pélvico o piso pélvico, pero quizás no sepas muy bien de qué se trata. No te preocupes, en este post voy a explicarte qué es y cómo la fisioterapia ayuda a prevenir y mejorar su correcto funcionamiento.

El suelo pélvico es un conjunto de músculos y estructuras que cierran la cavidad pélvica inferior, cuya función principal es sostener las vísceras de la pelvis. Tiene forma de hamaca y juega un papel fundamental en la biomecánica pélvica, tanto en hombres como en mujeres, ya que se encarga de anclar los órganos como el útero o la vejiga a la pelvis.

Mantener el suelo pélvico en forma es fundamental para prevenir patologías como prolapsos, incontinencia urinaria, problemas sexuales, etc., también resulta de gran interés en las mujeres embarazadas para prevenir complicaciones en el parto y en el postparto.

Mujer embarazada realiza ejercicios para fortalecer su suelo pélvico. No obstante, si sufrimos algunas de estas dolencias, la fisioterapia puede ayudar a paliar estos efectos a través de distintas técnicas y ejercicios físicos. 

¿A quién puede ayudar la fisioterapia del suelo pélvico?

Los pacientes pueden abarcar desde un niño con enuresis nocturna (se hace pis en la cama), hasta una persona con una lesión neurológica que no puede controlar los esfínteres, pasando por una embarazada o una mujer en la menopausia que tiene “escapes” de orina.

Aunque pueda parecer banal, una mujer que acude a la consulta del fisioterapeuta porque tiene incontinencia, no solo tiene un problema de salud, sino también un problema psicosocial. Son pacientes con la autoestima mermada y muy pocas relaciones sociales debido a que no pueden salir a la calle o acudir a un evento social por el miedo a estos escapes.

Hace unos años, este tipo de problemas se veían como algo “habitual”, que era propio de una edad avanzada. Aunque cada día se trata con más normalidad, aún se considera un tema tabú y muchas personas no se lo cuentan a los sanitarios por vergüenza.

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Pero no nos olvidemos de los hombres, ya que la fisioterapia también puede ayudarles con problemas en las relaciones sexuales, patologías de próstata, incontinencia urinaria o afectación neurológica. Para ellos existen dispositivos específicos más adaptados a sus necesidades, así como electrodos y sondas anales que cumplen con la misma función que en el caso de las mujeres.

¿Qué tratamientos existen para mejorar el suelo pélvico?

Actualmente, existen diferentes tratamientos en el ámbito de la fisioterapia para ayudar a prevenir y tratar patologías. Algunos de ellos son:

  • Pesarios: es un pequeño dispositivo que se coloca en la vagina y ayuda a dar soporte, elevar y sostener las vísceras y órganos pélvicos.
  • Conos vaginales: son unos dispositivos lastrados que contiene en su interior unas pequeñas pesas de diferentes tamaños. Se introducen en la vagina y se realizan diferentes ejercicios o actividades diarias con ellos puestos. Poco a poco se puede ir aumentando el peso.
  • Electroacupuntura: este método utiliza agujas de acupuntura junto con un electrodo y se aplican corrientes terapéuticas que estimulan nervios y músculos, Por supuesto, siempre se utiliza un voltaje adecuado a la patología y características del paciente.
  • Biofeedback: consiste en la introducción de unos pequeños electrodos que se encargan de registrar las contracciones del suelo pélvico y enviar los datos en tiempo real a una pantalla. De esta forma, tanto el paciente como el fisioterapeuta, tienen un control más visual de los progresos.
  • Ejercicios de Kegel: los famosos ejercicios creados por el Dr. Kegel, no es más que una serie de contracciones y relajaciones para sentir la apertura-cierre de la uretra, vagina y ano. Estas contracciones se pueden realizar mientras se realiza cualquier otra actividad como caminar o esperar en la cola del supermercado.
  • Gimnasia abdominal hipopresiva: son un conjunto de posturas y movimientos combinados que buscan reducir la presión en las cavidades torácica, abdominal y pélvica.
  • Terapia conductual: el fisioterapeuta recomendará al paciente pequeños cambios en su rutina diaria, como consumir menos líquidos antes de ir a dormir, evitar el consumo de café y alcohol, prevenir el estreñimiento y la tos crónica o evitar hacer cargas excesivas sobre el suelo pélvico (por ejemplo, al levantarse de la cama, agacharse, toser o estornudar…).

¿Qué hay que hacer para ser fisioterapeuta experto en Obstétrica y Uroginecología?

Lo primero estudiar los cuatro años del grado en Fisioterapia, como el que oferta la UEMC. Ahí, se pueden encontrar diferentes asignaturas relacionadas este ámbito. También es posible realizar un trabajo fin de grado sobre este campo.

[POST] LAS SALIDAS PROFESIONALES DE FISIOTERAPIA

Una vez obtienes el título, se abre el mundo de las especializaciones. En Fisioterapia, no existe formación especializada con una residencia (como ocurre en Medicina o Enfermería), así que las opciones son realizar un máster, un postgrado o un curso de experto universitario.

Actualmente, cada vez más población demanda estos servicios, pero el número de fisioterapeutas con formación en este ámbito resulta insuficiente, por lo que es imprescindible que las nuevas generaciones de fisioterapeutas, se interesen en investigar y trabajar en el mundo del suelo pélvico.

Nueva llamada a la acción

Publicado el 18 de octubre del 2022 - Actualizado el 20 de junio del 2023
Categorías: FISIOTERAPIA

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