La inteligencia artificial en el cine

La inteligencia artificial (IA) es un tema que el cine ha tratado en infinidad de ocasiones. Las tramas que pueden desarrollarse a partir de la idea de máquinas o sistemas capaces de actuar de manera autónoma son de gran interés en el público y en muchas ocasiones han generado personajes icónicos dentro del séptimo arte.

De este modo HAL 9000 (2001: Una odisea del espacio, Stanley Kubrick, 1968), C-3PO y R2-D2 (Saga Star Wars, desde 1977), WORP (Juegos de Guerra, John Badham, 1983), Terminator (Saga  Terminator desde 1984), David (Inteligencia Artificial, Steven Spielberg, 2001) o Wall-E (Wall-E, Andrew Stanto, 2008) son ejemplos, entre otro muchos, de personajes que representan sistemas inteligentes y que se han hecho un hueco dentro del imaginario del cine.

Una pregunta que se suele hacer el público tras ver una película en la que se trata la inteligencia artificial es hasta qué punto la ficción tiene un sustento real. En muchos casos la respuesta es que ninguno, ya que las máquinas que piensan por sí mismas y que evolucionan de manera autónoma urdiendo planes oscuros en beneficio propio es una idea que, aunque puede resultar muy interesante, está muy alejada del funcionamiento real de los robots o las computadoras, por muy modernas que estas sean. Si a esto le sumamos viajes en el tiempo y materiales que parecen tener la capacidad de tener vida propia, tal y como ocurre en la franquicia Terminator, está más claro aún que la ficción no tiene conexión alguna con la realidad.

Sin embargo, como ya te comentamos en su día en este post sobre Big Data e Inteligencia Artificial, hay otros escenarios en los que la tecnología permite emular acciones que conforman el núcleo de muchos argumentos, siempre con algunos matices. De hecho, gran cantidad de documentales actuales hacen referencia a como la inteligencia artificial ha conseguido cambiar nuestro mundo de manera que parece que estemos viviendo una película.

Por ejemplo, el documental Dataland (Blaise Piguet, 2019) nos habla de ejemplos reales en los que la inteligencia artificial permite la gestión del tráfico en ciudades y la ayuda a diagnóstico médico en hospitales. Las personas que usan estos sistemas hacen hincapié en que sirven como herramienta de ayuda y que aún no se usan para que realicen acciones de manera autónoma, aunque dejan claro que su capacidad de análisis les permite tomar decisiones con una mayor rapidez y calidad.

Estas últimas aplicaciones nos recuerdan más a la idea de un mundo como el que se mostraba en Matrix (Lana y Lilly Wachowski, 1999), en el que una inteligencia artificial controla a los seres humanos. Pero de nuevo el cine lleva la idea mucho más allá de lo real, mostrando ese mundo como un mundo irreal en el que los humanos ni siguiera son conscientes de lo que les está ocurriendo.

En el mundo actual estamos habituados a interactuar con asistentes de inteligencia artificial que adaptan su funcionamiento y comportamiento a nuestros gustos. Multitud de empresas, como Netflix, nos ofrecen diversas opciones de recomendaciones a partir de nuestras interactuaciones diarias. Pero, una vez más, está en nuestra mano determinar el modo en el que se utilizan nuestros datos y el grado de fiabilidad e importancia que damos a sus recomendaciones.

Lo más importante como usuario es tener claro el modo en el que funcionan estas herramientas y asumir que son sistemas informáticos programados para dar una salida determinada en función de los datos que procesan.

Si somos precavidos, no tendremos nunca dudas sobre la utilidad de las herramientas de inteligencia Artificial y el modo en el que las usamos. Estamos por lo tanto muy lejos del dilema de saber si estamos interactuando con un ser humano o un sistema inteligente, como sucede en Blade Runner (Scott, 1982), película en la que aún hoy hay controversia en torno a si Deckard es un humano o un replicante, o en D.A.R.Y.L (Simon Wincer, 1985), donde un niño amnésico resulta ser una sofistica arma creada por el gobierno.

Dentro de los estudios del grado en Ingeniería Informática de la Universidad Europea Miguel de Cervantes hay asignaturas centradas en la construcción y configuración de sistemas inteligentes, que permiten al futuro profesional de la informática entender las bases de esta disciplina y adquirir los conocimientos que permiten afrontar la construcción de sistemas inteligentes.