Una figura corre por una calle vacía, poca luz, mira hacia atrás una y otra vez, fundido a negro. Plena luz del día, esa misma persona yace en el suelo, rodeada de policías…. Así comienzan todos los episodios de las series policíacas, ¿por qué? Porque saben que en esos pocos segundos has empatizado con la víctima y su muerte no te deja indiferente, ya no puedes simplemente irte a pasear al perro o preparar la cena, ahora necesitas saber qué sucedió y quién fue el responsable. El éxito está asegurado.
Cuando eres el responsable de hacer una presentación, sea del tema que sea y en el idioma que sea, no puedes decir quién eres y de qué vas a hablar en la primera frase…. Ya les has dado todo lo que necesitaban, todo lo que querían saber, no tiene ninguna gracia seguir escuchándote, es hora de sacar el móvil. Dale la vuelta a tu discurso, cambia el orden, dispara primero.
Si te piden que realices una presentación en público, ya sea para exponer un caso, un proyecto, defender un presupuesto o simplemente para resumir el año, hay muchas cosas a tener en cuenta si quieres tener éxito, si quieres que te escuchen.
Una de las primeras decisiones que debes tomar a la hora de realizar una buena presentación en público es si usar PowerPoint (o alguna de sus alternativas) o no. Si decides prescindir de las diapositivas, te aseguro que mantener la atención del público será todo un reto. Mirar a una persona hablando, sin más, es aburridísimo, eres carne de crítica: tu pelo, tu ropa, cómo te mueves, cuántas veces te tocas la nariz o la cantidad de veces que repites una palabra concreta (todos hemos escrito palitos cada vez que la de inglés decía “OK?").
Ok, entonces, con PowerPoint. Hacer buenas presentaciones en público es todo un arte, pero hay que tener claro que es mejor no hablar de lo que no sabemos y asegurarnos de tener un objetivo claro y una estructura ordenada. Menos texto, más imágenes impactantes e ilustrativas (la IA puede ayudarte si le das un buen promp). A nadie le gustan los que se dedican a leer la pantalla sin aportar nada.
Identifica a tu audiencia y adáptate a ella. No estoy diciendo que si tu audiencia son adolescentes hables como ellos, un adulto diciendo “me da cringe” da mucho cringe. Digo que si sabes que el público no entiende los tecnicismos o jerga de ámbito, no lo uses, a no ser que quieras usarlo a propósito para ser ambiguo o hacerte el entendido.
Y... ¿Qué ocurre si tienes que dar la charla en inglés? En principio, nada del otro mundo. Las diapositivas de PowerPoint serán tu guion, escríbelas en inglés y asegúrate de incluir aquellas palabras o expresiones que te resulten más difíciles o que siempre se te olvidan. El idioma no es una barrera para hacer una buena presentación en público. En el mundo empresarial global, nos encontraremos con otras barreras, como las culturales que abordaremos en otro momento, y donde una palabra, un gesto o la falta de ellos pueden poner fin de repente a negocios multimillonarios. El inglés en el mundo de los negocios no es un inglés complicado ni muy perfecto, es un idioma de comunicación y entendimiento en el que se suman las ganas de quien habla con la buena predisposición de quien escucha...
Este buen rollo no te libra de ensayar. Los actores ensayan, los cantantes ensayan y tú también. Así que rehearse, rehearse, rehearse.
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