Durante las últimas décadas, la percepción social de la necesidad de prevenir los riesgos laborales en los lugares de trabajo es más patente. Y no se trata de un principio rector nuevo, las entidades del sector privado y del público tienen que promover y garantizar desde hace varias décadas unas condiciones de seguridad y salud ocupacional reguladas en la legislación.
Centrándonos en la industria, es conocido que su actividad esencial consiste básicamente en fabricar productos y prestar servicios con la transformación de materias primas como mediación. Un fin cristalizado al amparo de una suerte de sistema productivo y de gestión propio, compuesto de fases interconectadas en un ciclo dotado de recursos humanos e infraestructura.
Lograr la máxima eficacia y eficiencia en los procesos, y en la cadena que conforman, es vital, pues permite favorecer, por ejemplo, la efectividad, la rentabilidad, la innovación y la sostenibilidad de la empresa. Es ahí donde incide potencialmente la ingeniería organizacional, tratando de ordenar y mejorar la gestión, apoyándose sobre todo en el conocimiento y evaluación, en el diseño y planificación y en las técnicas y tecnologías.
El graduado en Ingeniería de Organización Industrial está llamado a liderar de un modo integral el desarrollo de la producción cuidando asimismo la seguridad y la salud de los trabajadores, participando en el proyecto, con la constitución de la idea empresarial, hasta cuando la actividad se encuentra en curso. La demanda de empleo de perfiles técnicos y directivos que aúnen ambas perspectivas es constante, situándolo en una posición preferente. Su formación de Grado, complementada con unos estudios de Máster en Prevención de Riesgos Laborales, le capacita para ejercer en calidad de técnico prevencionista.
En este sentido, el objetivo principal de los profesionales dedicados a prevenir los riesgos laborales en la empresa es establecer medidas preventivas tras identificar y evaluar los riesgos y peligros inherentes a un lugar y puesto de trabajo, y controlar permanentemente la efectividad de las acciones adoptadas. Las posibles especialidades de intervención, como medida para prevenir los riesgos laborales son varias.
Seguridad: proteger de accidentes laborales
Los centros de trabajo deben proyectarse y prepararse de un modo que se garantice la protección de los miembros de la organización, al objeto de mitigar la siniestralidad laboral y minimizar los daños patrimoniales.
Con la seguridad laboral se intenta eliminar o reducir los factores mecánicos agresivos y agentes materiales que susciten cualquier clase de accidente, con atención prioritaria a los de índole grave o mortal. Asegurar los entornos de producción, los puestos operativos y a las personas que realizan tareas en los mismos requiere de técnicas y de equipos de protección colectiva (señalización, vallados, barandillas, líneas de vida, etc.) y de equipos de protección individual, conocidos como EPIS (casco, pantallas oculares, guantes anticorte, calzado, etc.).
También de normas que dicten la forma segura de ejecutar los trabajos: situaciones de caída a distinto nivel, golpeo con mecanismos, atropello de medios de transporte, electrocución con instalaciones, incendio por componentes combustibles, son riegos, entre otros, susceptibles de abordarse desde la perspectiva de la seguridad laboral con máxima protección.
Higiene industrial: evitar enfermedades profesionales
Los procesos industriales suelen implicar sustancias y circunstancias nocivas, de carácter tóxico y contaminante, que entrañan riesgos de naturaleza física, química y biológica (vibraciones, radiaciones, gases, vapores, virus, bacterias, etc.) frente a los cuales tiene que actuar el higienista industrial. En función de la magnitud, frecuencia y duración de la exposición a estos elementos mientras el trabajador desempeña su labor y el grado de toxicidad de los mismos, podrían afectarle provocando que contraiga alguna enfermedad profesional.
La prevención y los equipos de protección colectiva e individual serán las medidas preeminentes para paliar daños de agentes en el organismo humano por contacto con la dermis, por vía respiratoria, oral, parenteral y auditiva, por alteración del sistema nervioso, etc.
Esta especialidad no médica, además de cuidar la salud y el bienestar ocupacional a través de la vigilancia ambiental, profundiza en la protección del entorno circundante y en la evaluación del impacto medioambiental con lineamientos del tipo a gestión de residuos, emisiones a la atmósfera, vertidos al agua o filtraciones al terreno.
Ergonomía: adaptar el trabajo a la persona
El clásico tándem trabajador-lugar y puesto laboral, ante riesgos ergonómicos por carga física y no física, deviene en la necesidad de velar por una correcta adecuación del contexto y la actividad a la persona, y no a la inversa. La infraestructura industrial y las instalaciones del espacio de trabajo proporcionarán unas prestaciones de confort y bienestar determinadas: iluminación, ruido, temperatura, humedad, ventilación, etc.
Por otra parte, aunque existe una tendencia hacia la automatización de las cadenas fabriles y la inclusión de sistemas de gestión de servicios basados en modelos de industria 4.0, el capital humano en el día a día maneja dispositivos, máquinas y herramientas durante la jornada laboral. Los recursos materiales deben estar adaptados a las capacidades fisiológicas y psicológicas de cada individuo, previendo las posturas forzadas, los movimientos repetitivos continuados, el transporte manual de cargas pesadas, la fatiga por intensa concentración cognitiva, etc.
Psicosociología: crear un clima laboral saludable
Muchas organizaciones se han dado cuenta de que gran parte del éxito de la empresa reside en conseguir un clima de trabajo estimulante y en fomentar la satisfacción y el bienestar emocional. Influyen interacciones asociadas a la situación personal del empleado dentro y fuera del centro laboral y a sus capacidades (resiliencia, motivación, conocimientos, etc.), a las características ambientales (confort, diseño, recursos, etc.), al contenido de la actividad (monotonía, ritmo, autonomía, etc.) y a la organización (conciliación familiar, estilo de mando, carrera profesional, etc.).
Cuando se llega a lograr un buen equilibrio, es posible evitar vivencias negativas en la experiencia laboral que terminen desencadenando problemas psicosociales diversos (síndrome de burnout, trastornos depresivos, crisis de ansiedad, estrés, etc.). Valores corporativos tales como la comunicación, la transparencia, la flexibilidad, la lealtad, la diversidad o la escucha ayudarían a mejorar la calidad de vida empresarial.
Medicina: vigilar la salud en el trabajo
El despliegue de la acción preventiva demanda la colaboración de otros expertos, creándose un equipo multidisciplinar enfocado a funcionar coordinado y bajo una dinámica cooperativa. El rol del prevencionista se completa con una rama en la que intervienen facultativos y asistentes con preparación sanitaria, imprescindible para el control del estado de salud de la plantilla.
La medicina del trabajo comprende distintos servicios, entre ellos la atención de primeros auxilios y la consecución de reconocimientos médicos, y persigue detectar, diagnosticar y tratar amenazas que puedan causar o agravar enfermedades profesionales. De ahí la importancia de planificar las actuaciones en caso de emergencia y los programas de vigilancia de la salud de los trabajadores.
La práctica de estas especialidades técnicas debe llevarse a cabo en el marco de una cultura preventiva total e inteligente que involucre al conjunto de agentes de la estructura humana (empresario, mandos directivos, personal interno y externo) y que admite gestionarse mediante un sistema vivo susceptible de certificarlo con base en la familia de normas ISO 45000.
Una auténtica cultura sustentada en la formación, información, consulta y participación activa de los trabajadores que, teniendo como pilar maestro la prevención y mejora continua, promueva y mantenga un nivel de excelencia en el bienestar físico, psíquico y social. Así, se optimizará la productividad y se llegará a cumplir con el desafío de hacer industrias seguras y saludables.
A partir de esta somera contextualización de la interesante actividad profesional del graduado en Ingeniería de Organización Industrial en el mundo de la Prevención de Riesgos Laborales, quien desee conocer más sobre esta apasionante disciplina, tiene a su disposición los estudios del grado en Ingeniería de Organización Industrial y del Máster Universitario en Prevención de Riesgos Laborales en que ofrece la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC).
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