#YoMeQuedoEnCasa es el hashtag que nos encontramos a diario en el extremo izquierdo de la pantalla del televisor, y tiene un objetivo claro, concienciar de la necesidad de permanecer en nuestros hogares hasta frenar la pandemia del COVID-19. Pero esta situación de confinamiento en el hogar implica un cambio sustancial en la vida y costumbres de toda la población. ¿Qué hacer entonces para minimizar los efectos emocionales de este confinamiento?
¡Es el momento de activar la inteligencia emocional!
Las personas cuando estamos sometidas a condiciones estresantes, y una de ellas es el confinamiento, activamos emociones en lugar de hacer un análisis lógico de la situación. Las emociones que van a aflorar suelen ser miedo, aburrimiento, agobio, desesperación, ira… Todas ellas nos producen malestar psicológico, pero son adaptativas en su justa medida para el desempeño normal de nuestra vida.
La mejor manera de sacar partido a la inteligencia emocional no implica estar siempre feliz, cuestión que por otro lado sería imposible, sino mantener el equilibrio, que significa lograr armonía entre nuestro mundo externo y nuestro mundo interno.
En base a estas circunstancias y para paliar el malestar psicológico, los Colegios Profesionales de Psicología de España han publicado recientemente una serie de recomendaciones para evitar el malestar psicológico:
1. Afrontamiento positivo. El optimismo y la esperanza son actitudes curativas para afrontar nuestros retos diarios, por ello debemos:
2. Reconocer los sentimientos de angustia y miedo que provoca la situación. Hay que trabajar para que no nos resulten invalidantes, es normal sentirse confundido.
3. Poner nombre a nuestras emociones. identificar qué emociones están presentes en estos días (nerviosismo, tensión o agitación, temor, miedo, pánico…) y en qué nivel o intensidad se manifiestan para revertirlas.
4. Adaptar los hábitos. Es importante seguir manteniendo las rutinas y hábitos en la medida de lo posible:
5. Mantenernos activos socialmente. La continuidad de las relaciones sociales facilita el tiempo que tenemos que estar recluidos. Está recomendado mantener el contacto con las personas del entorno social y familiar a través del teléfono y las redes sociales.
6. Poner freno al contagio del miedo. El miedo se contagia a través de la comunicación y la información que recibimos. Combate la alerta con el conocimiento:
7. Evitar el consumo de tóxicos para lidiar con los pensamientos catastrofistas y el estado de pánico.
8. Compartir nuestros sentimientos, si es preciso cuenta cómo te sientes a las personas de tu confianza. Si la angustia persiste, consulta con un profesional de la Psicología.
¡Ánimo, lo conseguiremos!
C/Padre Julio Chevalier, nº 2. 47012
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