Carbohidratos y azúcar: qué son y para qué sirven

El azúcar es la forma común de denominar a un disacárido, la sacarosa, formado por una molécula de glucosa y una de fructosa. Pero actualmente, no sólo se emplea para denominar a esta molécula, si no que en algunas ocasiones también engloba a todos aquellos mono y disacáridos que aportan un sabor dulce en la alimentación.

Es importante resaltar que no se debe confundir y equiparar al comúnmente llamado azúcar (sacarosa) o sus derivados con un macronutriente tan importante y necesario para el organismo como los carbohidratos, también conocidos como hidratos de carbono.

Los carbohidratos son un macronutriente principal de la alimentación a través de los cuales el cuerpo obtiene energía en forma de glucosa, sustancia que es empleada principalmente como energía inmediata o como reservorio energético (además de otras funciones).

Dentro de estos carbohidratos es donde aparecen los azúcares o carbohidratos simples y los almidones y la fibra como carbohidratos complejos. Los carbohidratos simples hacen referencia a la facilidad con la que el organismo es capaz de absorber y asimilar esos carbohidratos, y por su lado los carbohidratos complejos se digieren más lentamente y no generan una subida de azúcar en sangre y de insulina tan repentinas.

¿Significa esto que los carbohidratos simples son peores que los complejos? No necesariamente. El nutriente en sí nunca es el agente negativo si no el alimento que lo contiene. De esta manera se diferencian carbohidratos simples en alimentos de buena calidad como los lácteos, las frutas, o la miel y en alimentos de mala calidad como chucherías, refrescos, salsas industriales, bollería industrial etc. Por su parte los carbohidratos complejos se encuentran de manera general en alimentos de buena calidad como las legumbres, cereales integrales, tubérculos y verduras.

Los carbohidratos (de buena calidad) son imprescindibles como macronutriente en la alimentación para mantener un organismo sano. Sin embargo, el azúcar, entendiendo azúcar como sacarosa que se usa en el día a día o que viene intrínseco en los alimentos de mala calidad que se han mencionado anteriormente, no es un nutriente imprescindible y no es necesario consumirlo para mantenerse sano. Si bien es uno de los factores determinantes en patologías del siglo XXI, como la obesidad, la hipertensión, la hipercolesterolemia, etc., no es el único y no se ha de tener tanto miedo al consumo puntual de azúcar en la alimentación mientras se controlen otros factores como la actividad física, la adquisición de hábitos saludables, una buena alimentación en general, una buena salud mental y un buen descanso. No obstante, la recomendación siempre será consumir cuanto menos azúcar refinado mejor.

Es importante destacar que el azúcar de mesa que se consume y se añade a un café, yogur o vaso de leche, etc., representa un % ínfimo del consumo de azúcar medio de la población española, el cual fue de 95g diarios en 2011, según datos publicados por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN). Será por tanto más relevante, a la hora de mejorar la alimentación, centrarse en reducir el consumo de alimentos que contienen azúcares añadidos que no son fáciles de controlar.

Para finalizar, puntualizar que a nivel deportivo los carbohidratos tienen una importancia vital, y estas recomendaciones pueden ser contradictorias en algunas ocasiones. Es común que el deportista precise de un aporte energético extra en determinados momentos de la temporada, y el azúcar y los carbohidratos en estos casos serán sus mejores aliados. Es por ello, que estar bien asesorado por un profesional, un graduado en Nutrición y Dietética  es fundamental tanto en el ámbito de la salud como en el ámbito deportivo.