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NUTRICIÓN  | 6 MIN DE LECTURA

Comer bien en Navidad sin renunciar a lo que te gusta

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Escrito por:
Jimena Fernández Alcalde
Departamento de Admisiones
Mesa navideña con platos variados: roscos decorados con frutos rojos, asado de carne con zanahorias, panettone, verduras, copas de brindis y detalles festivos.

Disfrutar de la Navidad manteniendo buenos hábitos es posible

Llega la Navidad, y con ella las reuniones familiares, las cenas especiales y, por supuesto, los dulces, los caprichos y el espíritu festivo. Aunque a veces parece imposible comer bien en Navidad, lo cierto es que se puede disfrutar sin dejar de lado los buenos hábitos. Con pequeños gestos y algo de planificación, es posible mantener el equilibrio sin renunciar a lo que más te gusta. Te contamos algunos trucos y curiosidades para que estas fiestas sean más disfrutables y equilibradas.

1. Lo que comes en días señalados no te define

Aunque suene repetitivo, lo cierto es que un par de comidas más copiosas no arruinan tu alimentación si el resto del tiempo mantienes unos hábitos equilibrados. Nuestro cuerpo responde a tendencias generales, no a excepciones puntuales. Por eso es más importante cómo comes el 90% del tiempo que lo que pasa en dos o tres días señalados.

Mujer sosteniendo una taza de café con espuma en primer plano, con árbol de Navidad decorado en el fondo.

Curiosidad: Según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), solemos ganar entre 0,5 y 1,5 kg durante las fiestas… y la mayoría se pierde de manera natural en enero. Lo importante es volver a tus rutinas habituales y disfrutar sin obsesionarte.

2. Combina placer y sentido común

Algunos alimentos conviene disfrutarlos solo de vez en cuando, mientras que otros pueden formar parte de tu alimentación habitual. La clave está en aprender a equilibrar indulgencia y rutina: no se trata de eliminar los caprichos, sino de incorporarlos de manera consciente dentro de una dieta variada y saludable, respetando las necesidades de tu cuerpo y el placer de comer en Navidad.

Tip práctico: si solo comes turrón un par de días al año, elige el que más te guste y disfrútalo. Y si además te apetece probar algo diferente y sorprender a los tuyos, te dejo esta receta para que controles los ingredientes y la adaptes a tu gusto. Combínala con fruta, frutos secos o alimentos más ligeros en la misma comida y disfruta con equilibrio.

3. Lo líquido también cuenta

Muchas veces ponemos toda nuestra atención en lo que comemos y olvidamos lo que bebemos, pero las bebidas también forman parte de nuestro bienestar diario. En Navidad, entre brindis, refrescos, cava y otras opciones festivas, es normal variar lo que tomamos. Aun así, incluir agua de vez en cuando nos ayuda a mantenernos hidratados.

[POST] ¿QUÉ HACE UN DIETISTA-NUTRICIONISTA Y CÓMO PUEDE AYUDARTE?

Curiosidad: una persona adulta puede llegar a beber entre 1 y 2 litros de alcohol durante las fiestas. Cada vaso de vino ronda las 80 kcal y una copa de cava puede alcanzar las 100 kcal.

Tip práctico: un gesto sencillo para facilitar que todos beban agua en las comidas navideñas es colocar vasos de agua junto a la vajilla y dejar una o varias jarras de agua al alcance de todos. También puedes ofrecer aguas aromatizadas con frutas, hierbas o cítricos, que resultan festivas y refrescantes sin necesidad de complicarse.

4. Muévete sin que sea un sacrificio

No hace falta pasarse horas en el gimnasio para comer bien en Navidad y sentirse mejor. A veces, los pequeños gestos del día a día son más efectivos de lo que pensamos: un paseo después de comer, subir y bajar escaleras, ayudar con las compras o incluso tareas navideñas como montar el árbol o envolver regalos ya suman movimiento. Incorporar actividad física de forma natural hace que te mantengas activo sin que suponga esfuerzo extra.

Curiosidad: un paseo de 30 minutos después de comer puede suponer un gasto de unas 100 kcal, además de mejorar la digestión.

5. Disfruta sin remordimientos

No te olvides de algo esencial: la Navidad es para compartir, celebrar y disfrutar, no para contar obsesivamente cada caloría. Comer bien en Navidad también significa permitirte ciertos caprichos sin culpa. Relájate, disfruta de la compañía, del ambiente y de los sabores que solo llegan una vez al año. A veces, un momento agradable con familia o amigos es más saludable que cualquier plato “perfecto”.

Mesa navideña con platos variados y copas de vino, personas compartiendo comida en un ambiente festivo con árbol decorado y luces en el fondo.

Curiosidad científica: comer despacio y moverse un poco después de la comida tiene efectos sorprendentes. Las personas que tardan unos 30 minutos en comer se sienten más saciadas que quienes comen en apenas 5. Además, un paseo ligero de 10 minutos después de la comida, en la llamada “hora de oro” de la digestión, puede reducir hasta un 20 % la subida de azúcar en sangre y ayuda a sentirse más ligero.

6. Datos curiosos sobre Navidad y alimentación

La gastronomía navideña es un reflejo de la cultura de cada lugar, y por eso resulta tan variada y fascinante. En España, los platos de Nochebuena cambian según la región, pero en muchas mesas no faltan el marisco, el lechazo, el pavo o los clásicos dulces tradicionales. Más allá del sabor, estos platos forman parte de la identidad familiar y de rituales que se repiten año tras año.

En otros países también existen dulces y recetas con historia. El Stollen en Alemania, el Panettone en Italia o el Risgrynsgröt en Suecia son algunos ejemplos. En este último, además, se esconde una almendra entera en el interior: quien la encuentra, ¡tiene buena suerte para el año siguiente!

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Curiosidad: en Japón existe una de las tradiciones navideñas más inesperadas… el famoso “Christmas Chicken” de KFC. Desde los años 70, millones de japoneses hacen cola para comprarlo cada Navidad, y la cadena incluso lanzó cajas y campañas especiales que se han convertido en un auténtico fenómeno cultural.

7. Después de las fiestas

No hace falta castigarte ni obsesionarte con lo que has comido durante las celebraciones. La clave está en retomar poco a poco tus hábitos saludables, incorporando frutas, verduras y comidas caseras, y dejando los excesos navideños en el recuerdo. Comer bien en Navidad también significa permitirte disfrutar y luego volver a la rutina con equilibrio y serenidad.

Tip práctico: evita soluciones milagro o dietas extremas. Planifica tus comidas a lo largo del día, incluyendo desayunos con fruta y proteínas, comidas y cenas equilibradas, y snacks saludables. Dedica al menos 20–30 minutos diarios a moverte o hacer deporte para favorecer la digestión y mantener el bienestar general.

Cuidarse no significa hacerlo perfecto, sino mantener un equilibrio saludable. A veces, compartir una comida menos “saludable” con familia o amigos es mucho mejor para el cuerpo y la mente que quedarse solo en casa con una ensalada. Empieza el año con calma, energía y sin remordimientos.

Si tienes dudas sobre cómo organizar tu alimentación durante las fiestas o cualquier otro momento del año, lo más recomendable es consultar a un profesional, especialmente a un graduado en Nutrición Humana y Dietética, como los que forman parte de la UEMC, que pueden orientarte de forma personalizada y segura.

Publicado el 24 de noviembre del 2025 - Actualizado el 24 de noviembre del 2025
Categorías: NUTRICIÓN

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