Uno de los primeros mensajes que reciben las personas diagnosticadas de diabetes es que tendrán que modificar su alimentación: en unos casos controlando la ingesta de hidratos de carbono -como en la diabetes tipo 1-, y en otros mejorando sus hábitos nutricionales -como en la diabetes tipo 2-.
La diabetes es una enfermedad crónica compleja que se caracteriza por niveles elevados de glucosa en sangre, hiperglucemia, debido a una alteración en la producción o utilización de la insulina.
Según los últimos datos aportados por la Federación Internacional de Diabetes, esta enfermedad afecta a más de 500 millones de personas en el mundo, y se estima que alcanzará casi los 800 millones en 2045. En España, más de 5 millones de personas presentan esta condición.
Infografía elaborada por la International Diabetes Federation para el IDF Diabetes Atlas 2021
En rasgos generales, para comprender en qué consiste la fisiopatología de la diabetes debemos conocer la relación existente entre la glucosa y la insulina.
La insulina es una hormona producida y secretada por el páncreas cuya principal función es permitir la entrada de glucosa dentro de las células, regulando así los niveles en sangre. Existen diferentes situaciones que pueden desembocar en hiperglucemia crónica, siendo las principales:
La diabetes puede clasificarse en diferentes tipologías, pero nos centraremos en las más comunes:
Llegados a este punto podríamos pensar: si el problema viene por niveles elevados de glucosa en sangre, eliminamos o reducimos los hidratos de carbono y arreglado, ¿no? Trataremos de dar respuesta a esta pregunta al final del artículo.
Si bien es cierto que existe mucha bibliografía respecto a los beneficios que tiene reducir el consumo de hidratos de carbono en personas con diabetes, también encontramos limitaciones, por lo que debemos ser críticos y atender a los documentos oficiales de consenso de las principales sociedades científicas, como el de la Asociación Americana de Diabetes.
La principal diferencia en la alimentación de una persona con DM1 frente a otra con DM2, es que la primera deberá llevar un control exhaustivo de la cantidad de hidratos de carbono que consume, ya que el principal tratamiento en esta tipología de diabetes es la terapia con insulina. Estos pacientes deben ajustar las dosis de insulina y la cantidad de hidratos de carbono, ya que, en el caso de consumir una baja cantidad de éstos o inyectarse demasiada insulina, existe el riesgo de sufrir una hipoglucemia.
Entrando en materia, se acepta que la alimentación de una persona con diabetes no debería distar mucho de la de una persona sana, aunque sí existen factores clave que deben ser comunes a todos los patrones alimentarios: enfatizar el consumo de alimentos vegetales, minimizar el de azúcares añadidos y granos refinados, y escoger alimentos integrales en lugar de procesados.
Teniendo en cuenta estos factores, adicionalmente se pueden dar las siguientes recomendaciones:
Macronutrientes
La evidencia científica sugiere que no existe un porcentaje ideal de calorías procedentes de hidratos de carbono, proteínas y grasas para personas con diabetes. Esta distribución dependerá del patrón dietético seguido, preferencias individuales y objetivos del paciente.
Micronutrientes
En caso de que no haya deficiencia subyacente, el uso de suplementos a base de vitaminas y/o minerales con el fin de mejorar el control glucémico no está apoyado por la evidencia científica.
Se debe garantizar el aporte suficiente de todos los micronutrientes, y esto lo conseguiremos a través de una alimentación variada. El uso de suplementos solo será necesario en casos puntuales y de forma individualizada.
Alcohol
Aunque el consumo de alcohol a día de hoy esté normalizado, éste no está exento de riesgos. De hecho, son muchos más los riesgos conocidos que los posibles beneficios, y en el caso de las personas con diabetes uno de los más conocidos es el mayor riesgo de sufrir una hipoglucemia. Además, este efecto se acentúa al combinarlo con algunos fármacos recetados para la diabetes, pudiendo desembocar en un coma hipoglucémico que, si no se trata, puede ser mortal.
Edulcorantes
El uso de edulcorantes como la sacarina, acesulfamo K, aspartamo, estevia o sucralosa es común entre pacientes con diabetes. De forma general, se recomienda reemplazar los azúcares añadidos por edulcorantes para mejorar la glucemia, peso corporal y riesgo cardiovascular, aunque sus efectos a largo plazo estén por confirmar. No obstante, usar edulcorantes no hace que un alimento que no era saludable ahora sí lo sea.
Conclusiones
En relación con la pregunta planteada al comienzo del artículo sobre si eliminar o reducir el consumo de hidratos de carbono sería la mejor opción en pacientes con diabetes, la respuesta siempre será la misma: depende. A pesar de demostrarse que reducir la ingesta general de hidratos de carbono mejora el control glucémico, siempre deberá prevalecer, en la medida de lo posible, las preferencias y necesidades individuales de cada paciente. Existen multitud de caminos para alcanzar un objetivo común.
Por tanto, para un correcto manejo y control de la diabetes es imprescindible conocer tanto la fisiopatología como el impacto que tiene la nutrición en el tratamiento y calidad de vida de los pacientes, y el profesional más capacitado para ello es el dietista-nutricionista.
¿Quieres saber más sobre alimentación y diabetes? Descubre el grado en Nutrición Humana y Dietética de la UEMC. Llama ya al 983 00 1000 o escribe a futurosalumnos@uemc.es ¡Te esperamos!
C/Padre Julio Chevalier, nº 2. 47012
Valladolid (España)
Llamanos al (+34) 983 00 1000
¿Te ha gustado el artículo?
No se te olvide compartir en redes sociales