La escasez o desabastecimientos de un producto se está convirtiendo en algo habitual desde que el COVID-19 golpeara nuestras vidas. Durante el confinamiento fue el papel higiénico, los geles hidroalcohólicos, las mascarillas… e incluso la harina para hacer magdalenas. Y cuando pensábamos que todo había terminado, el Brexit, un aumento exagerado de los fletes marítimos y un buque encallado en el Canal de Suez, amenazó con dejarnos unas navidades sin gin-tonics. Ahora, la pregunta que nos hacemos millones de españoles es ¿se puede agotar el aceite de girasol en menos de un mes?
Desde que Rusia comenzó su invasión a la vecina Ucrania a finales de febrero, los buques procedentes de este país ya no descargan periódicamente 2.000 toneladas de aceite de girasol en el puerto de Málaga. Entre otros factores, esto ha provocado que una botella de un litro de este tipo de aceite supere los 2,5 €, acercándose mucho al precio por litro de aceite de oliva.
La guerra de Rusia y Ucrania también ha afectado en el mercado del cereal y del girasol. De hecho, el 80% de la producción futura del aceite de girasol de Europa caerá en saco roto mientras no finalice la guerra. Sin embargo, tenemos que tener muy presente que dicha tendencia viene de hace años, mucho antes que el conflicto actual entre Rusia y Ucrania. La demanda de girasol ha ido en aumento mientras ha retrocedido su cultivo. Por lo tanto, el resultado natural de esto es la subida de los precios que estamos viviendo, triplicando su precio en menos de un año.
Se trata de una situación similar a lo que ocurre con la gasolina o el gas; cuando hay poco de algo, su precio aumenta, repercutiendo en los consumidores finales. Subidas del precio del aceite, de la gasolina, del gas, de la electricidad…las personas tienen menos dinero para gastar en servicios, bienes u ocio.
Algunos supermercados comienzan a racionar la vente de aceite
Mercadona ha limitado la compra de aceite de girasol a cinco litros por día y persona, en Consum son más estrictos y establecen una única botella por persona (independientemente de su tamaño), Makro por su parte restringe a sus grandes proveedores a una botella por día…
Todo esto ha provocado que la gente se lance a comprar un tipo de aceite que antes apenas utilizaban. Incluso en Amazon España la mitad de los diez productos más buscados en estos días son aceite de girasol. Si nos atenemos al estudio realizado por el consultor oleícola Juan Vilar, los hogares españoles consumen 193.200 toneladas de aceite de girasol, muy inferior a las 347.000 toneladas de aceite de oliva. Teniendo en cuenta que en España se produce 507.000 de toneladas de aceite de girasol al año, ¿dónde está el problema? La respuesta es sencilla: en la industria alimentaria.
La guerra de Ucrania puede dejar a España sin dulces en cuatro semanas
Las fábricas de dulces industriales, principalmente galletas, bollería y pastelería, han alertado que la producción de sus productos se verá afectada de cara a las próximas semanas ya que solo cuenta con reservas para un periodo máximo de un mes. Esto llevará a una subida de los precios de sus productos dada la subida del precio del aceite de girasol, aumento del coste de la logística e incremento de la competencia ante la escasez de materia prima.
Hay que tener en cuenta que este tipo de industria ha apostado durante los últimos años por el aceite de girasol, en decrecimiento del aceita de palma, especialmente desde la polémica surgida en 2017, cuando su consumo se asoció con un mayor riesgo de enfermedades, como las cardiovasculares.
Por otro lado, el sector conservero también utiliza el aceite de girasol para su producción, siendo además la principal materia prima utilizada en conservas de atún, sardinas, bonito…etc. Por lo tanto, mas alimentos de necesidades básicas que aumentan. Según explica Juan Manuel Vieites, secretario general de ANFACO (Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas de Pescados y Mariscos) “todo el sector teme quedarse sin aceite de girasol para envasar sus productos en un plazo de entre tres semanas y un mes”.
¡Estamos en el huracán perfecto!
Los tipos de interés van a subir, por lo que será más caro pedir dinero al banco para personas y empresas. Esto hace que las personas tengan menos dinero, por lo que gastan menos. Si las personas gastan menos, las empresas ganan menos. Además, si los costes de las empresas aumentan, tienen que vender más caro, de ahí el aumento de los precios. Y si aumentan los precios las personas tienen menos dinero para otros gastos y su ahorro baja.
Para colmo, ya que los gastos de una empresa aumentan, si vende menos, tiene que rebajar costes…y siempre suelen ajustar el gasto de personal, lo que implica el despido de trabajadores. Al final, si van a fabricar menos, necesitan menos personas. Y si muchas personas van a la calle, dejan de tener ingresos, por lo que gastan menos…y así la bola cada vez más gigante…y a esto se le llama crisis económica. Y cuando están personas no puedan pagar sus deudas con el banco se crea una CRISIS FINANCIERA como la que sacudió el mundo en 2008.
Por lo que sí… es el huracán perfecto. Pero no todo es malo, en las crisis surgen oportunidades y aquí aparecen grandes retos para la nutrición. Por ejemplo, productos tanto bollería como conservas que no requieran de tanta aceite de girasol. También al haber aumento del precio de la bollería, menos personas comprarán por lo que será bueno para su salud.
Está claro que la situación actual es delicada, pero son ciclos…situaciones como esta hemos vivido y seguiremos viviendo. Siempre habrá tiempos mejores y peores. Pero aquí va mi pregunta: ¿qué necesidades y oportunidades de negocio ves actualmente donde la nutrición un papel importante? ¡Actúa, te necesitamos!
Bonus track: alternativas domésticas al aceite de girasol
Y como este es un post relacionado con el grado en Nutrición Humana y Dietética, no puedo despedirme sin mostraros algunas alternativas, peores y mejores, al aceite de girasol.
C/Padre Julio Chevalier, nº 2. 47012
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