Seguro que en más de una ocasión te has encontrado con ellos en establecimientos especializados en material deportivo, pero hasta ahora no sabias muy bien de qué se trataban. Hablamos de los suplementos deportivos, productos alimenticios que se usan para mejorar el rendimiento físico y que se suelen comercializar en pastillas, polvos, como chocolatinas o en bebidas. Generalmente se utilizan para aumentar la musculatura, perder peso o mejorar la resistencia aunque, como veremos a continuación, tienen muchos más usos.
Su historia es casi tan antigua como la del ser humano. Ya en la antigua Grecia los atletas mantenían una dieta especial a base de carne, vino e higos secos. Esta dieta especial fue variando a lo largo de los siglos, hasta que en los años 80 del pasado siglo surge un auténtico boom de estos productos auspiciado por el auge del fitness.
Actualmente los suplementos deportivos son utilizados tanto por atletas, de todos los niveles, como por personas que realizan alguna actividad física puntual y que requiere un aporte extra de energía. Sin embargo, su uso no está exento de polémica. Algunos estudios apuntan a sus efectos positivos, debido en parte a que son ricos en vitaminas, minerales y ácidos grasos; sin embargo un abuso en su consumo puede tener efectos negativos en nuestra salud, especialmente si su consumo no está supervisado por un especialista.
Por todo ello los profesionales en el área de la nutrición y la salud, como somos los graduados en Nutrición Humana y Dietética, jugamos un papel fundamental, tomando nuestras decisiones siempre basadas en la evidencia científica, antes de recomendar a nuestros pacientes el consumo de suplementos deportivos y nutricionales, seleccionando aquellos óptimos para la consecución de sus metas deportivas.
Sin embargo, en la actualidad existe poca regulación de este tipo de productos, lo que ha provocado que los deportistas se vean continuamente bombardeados por campañas de publicidad de supuestos productos milagro, exagerando, cuando no inventando, todo tipo de beneficios, difícilmente demostrables en cualquier estudio científico serio.
Además, muchos deportistas se ven empujados a su consumo únicamente por el hecho de conocer que lo están haciendo sus competidores, por el simple temor a por perder los potenciales beneficios que podrían derivarse de su uso, lo que conocemos en el ámbito científico como ayuda ergogénica.
¿Qué debemos de tener en cuenta antes de tomar un suplemento deportivo?
Antes de tomar alguno de estos suplementos, es importante que nos plantemos una serie de preguntas que nos ayudarán a elegir el producto que mejor se adapte a nuestras necesidades nutricionales y deportivas.
Para ello vamos a realizarnos una serie de cuestiones:
Los estudiantes del grado en Nutrición de UEMC aprenden a identificar y trabajar con este tipo de productos
Tipos de suplementos deportivos
Aunque existen distintas formas de clasificar los suplementos nutricionales, siempre ha de hacerse siguiendo un único principio: la evidencia científica. Para ello, vamos a ayudarnos del Instituto Australiano del Deporte (AIS), quien los diferencia en tres grupos, siguiendo su famosa clasificación ABCD.
En primer lugar se encuentra el Grupo A, en el que encontramos aquellos suplementos cuya eficacia viene determinada por numerosos ensayos clínicos; además, su consumo está permitido de forma incondicional. En este grupo se encuentran:
Respecto a los suplementos deportivos pertenecientes al Grupo B, su eficacia únicamente está demostrada en casos individuales, aunque su uso no es perjudicial para la salud. Dentro de este grupo encontramos los aminoácidos (para mejorar la recuperación y el daño muscular), los polifenoles derivados de frutas (por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias) o los saborizantes (para activar el sistema nervioso central).
En cuanto a los suplementos deportivos situados en el Grupo C, no existe evidencia clara de sus beneficios. La AIS no recomienda su uso, pero tampoco lo prohíbe. En este grupo se encuentra una infinidad de productos tales como el magnesio, los prebióticos o la tirosina.
Por último se encuentra el Grupo F, compuesto por alimentos o sustancias cuyo consumo no sólo está prohibido, sino que incluso puede ser dañino para la salud del deportista. Este tipo de suplementos son susceptibles de dar positivo en un control antidoping y por tanto la descalificación del deportista. Algunos ejemplos son efedrina, la androstenediona, el ligandrol, o la sibutramina.
Un último consejo
Recuerda que los suplementos deportivos y nutricionales son sólo una ayuda. Lo importante es el trabajo diario, el esfuerzo y la ilusión que pongas en los entrenamientos y, en especial, en las competiciones.
Si quieres saber más sobre este apasionante mundo te invito a que conozcas el grado en Nutrición Humana y Dietética de la UEMC, titulación en la que estudiarás, entre otras cosas, todo lo relacionado con los suplementos deportivos y sus beneficios.
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Valladolid (España)
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